La limpieza de su caballito de acero es una tarea de gran importancia para mantener su buen estado, además de garantizar que lucirá perfecta en todo momento. En este sentido, Mundial de Tornillos le comparte una guía profesional para el correcto lavado de su cicla, siga leyendo esta nota.
La cadena y el tren de transmisión suelen ser las partes más sucias de su bicicleta y dicha suciedad es una mala noticia para la longevidad y el rendimiento de su caballito de acero.
La mugre específicamente causa aumento de la tasa de desgaste de la cadena, flexibilidad reducida de los eslabones de la cadena, desgaste adicional en los conjuntos de cambio y engranajes de transmisión, deterioro del rendimiento del cambio, pérdida de la velocidad, aumento en el esfuerzo al pedalear y sobrecostos al tener que asistir al mecánico más seguido.
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Para evitar estos efectos es necesario lavar la bicicleta y lubricar toda la transmisión de manera regular. ¿Cada cuánto realiza usted estas acciones? Pues bien, definir la periodicidad dependerá de su estilo y la frecuencia con la que la conduce.
Si pasa mucho tiempo rodando en condiciones húmedas y lodosas, planee limpiar su bicicleta más seguido.
Aquí hemos preparado una guía, apoyados en la experiencia de dos ciclistas profesionales que conocen de primera mano los aspectos para tener sus bicicletas siempre con el mejor rendimiento y cuidado.
Para saber cómo limpiar su bici adecuadamente, es importante primero tener claros los implementos que va a necesitar, estos son:
• Toallas
• Cepillos
• Agua en balde o con manguera
• Jabón (para el marco y las llantas)
• Desengrasante
• Limpiador de frenos
• Lubricante para cadena de bicicletas.
Ahora, al tener los suministros necesarios, a continuación, le revelamos los pasos que recomiendan los ciclistas consultados y que debe seguir para tener una bicicleta cuidada, reluciente y bien lubricada:
Antes de limpiar a profundidad la bicicleta, retire el exceso de barro o suciedad, ya sea utilizando una manguera o con agua en balde. Esto es con el fin de facilitar los pasos posteriores y de no rayar el marco al enjabonarlo.
Después del prelavado es el momento de retirar las llantas, si quiere que los pasos posteriores se puedan realizar un poco más fácil. No es algo estrictamente necesario.
En este paso, siempre es importante tener en cuenta las claves para cuidar la transmisión de la bicicleta en cada lavada. Si tiene un cepillo especial para la cadena solo agregue el desengrasante, ubique el dispositivo y gire la cadena. Si no lo tiene, simplemente aplique directamente el desengrasante, déjelo actuar por unos segundos y use un cepillo o una toalla que no deje pelusa para retirar la mugre.
Asegúrese de tener un cepillo específico para la transmisión y no lo use en ninguna otra parte de la bicicleta, ya que contaminaría la superficie con suciedad de la cadena.
Además de la cadena, aplique desengrasante y cepille los demás componentes del sistema de transmisión: el cassette, los rodamientos y los platos. Deje actuar el desengrasante, luego limpie con un paño o una toalla de papel que no deje residuos.
Use su manguera, balde y/o esponja, para mojar la bicicleta y eliminar la mugre que se ha acumulado. Si está utilizando un lavado a chorro, no lo haga a presión para evitar que el agua entre en zonas como baleros y rodamientos. Enjabone el marco de adelante hacia atrás a lo largo de los tubos principales y las áreas con mayor suciedad.
Si no retiró las llantas en el primer paso, es momento de que las enjabone y cepille bien. Una vez considere que ha desprendido toda la suciedad, enjuague la bici, asegurándose de que no queden restos de jabón ni desengrasante, de lo contrario, el lubricante que aplicará posteriormente no será eficaz.
Si anteriormente ha retirado las llantas será mucho más fácil lavarlas a profundidad y retirar la suciedad de los espacios más difíciles. Aplique jabón y talle con un cepillo los aros, los radios y la coraza. Luego aclare con agua.
Vuelva a colocar las ruedas y gire las bielas para asegurarse de que la transmisión funcione sin problemas. Una vez toda la bicicleta esté perfectamente enjuagada, con una toalla séquela muy bien. Tenga especial atención retirar al el agua de los rodamientos, el poste de la silla y el eje de centro para evitar que quede humedad que genere corrosión (para ello utilice papel absorbente).
Una cadena seca emitirá chirridos y no se moverá suavemente; eventualmente, se oxidará, y podría romperse, por ello, lubricar todos los componentes del tren de transmisión es el paso definitivo para que su caballito de acero quede como nuevo.
Para aplicar lubricante, rocíelo desde atrás verticalmente en el cassette mientras mueve el pedal hacia adelante y aplica los cambios, de esta forma la cadena impregnará todos los piñones, platos y el descarrilador.
Limpie el exceso de lubricante; si no lo hace, puede atraer más suciedad en cada rodada. Es recomendable que use un lubricante como el de la gama de productos Blaster, especial para cadenas. Nunca use aceite de motor porque comprometería la resistencia de la cadena.
Los rodamientos de los pedales, cables, puntos de pivote, las palancas de cambios y de frenos también requerirán un poco de lubricación.
En este punto, cuando la bici está completamente seca y haya aplicado el lubricante, es aconsejable limpiar el sistema de frenado de disco para retirar cualquier residuo que pueda comprometer el desempeño correcto. Por más cuidadoso que sea limpiando la cadena, siempre existe la posibilidad de que la suciedad llegue a sus rotores.
Solo rocíe el limpiador de frenos directamente en el disco y listo, no es necesario pasarle ningún trapo ni utilizar agua.
Siguiendo estos pasos y contando con los elementos adecuados y necesarios en la caja de herramientas de todo ciclista mantendrá su bicicleta como nueva, alargando la vida útil de todos los componentes y logrando el mejor desempeño en cada rodada.
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